Nuestra ruta comenzó en una curva de la carretera que baja hacia el Carrizal Alto.
Ahí se inicia un camino que va por las laderas y la cima entre el barranco del Covacho y el barranco de Juan López. Termina en la zona de Abache. Una especie de meseta donde se puede encontrar una casa en ruinas, una era junto a ella y bancales de antiguos cultivos. Todo ello reconquistado por la vegetación autóctona: tabaibas, cardones, retamas... En los alrededores de la casa, algo más arriba, hay restos de cazoletas aborígenes.
Después de visitar la casa avanzamos un poco más. Primero continuamos bajando siguiendo unos mojones de piedras, regresando de nuevo a la casa por el mismo camino. Luego, partiendo desde la casa, fuimos al otro lado del macizo por los antiguos bancales, y desde ahí hasta el camino de regreso.
Hay que destacar que la ruta tiene unas magníficas vistas desde las alturas.
El camino entre Los Carrizales y la casa en ruinas no es demasiado complicado. Siempre que no tengamos aprensión a las alturas y no nos acerquemos demasiado a los bordes. Las vueltas que dimos después de la casa sí son más complicadas. El tramo que bajamos siguiendo los mojones de piedras tiene mucho desnivel, en muchas ocasiones por rocas y con densa vegetación. De hecho, las señales seguían bajando pero nosotros decidimos dar la vuelta. El recorrido que hicimos por los antiguos bancales hasta conectar con el camino de regreso es por un camino de cabras (por los restos que íbamos viendo), que aveces perdíamos y luego volvíamos a encontrar. Éste también se complicaba algo por la densa vegetación, sobretodo retamas. A la vuelta nos llovió, por lo que tuvimos que tener más cuidado al caminar sobre piedras mojadas. Ya que son propensas a provocar resbalones.
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