Comenzamos a andar en un apartadero de la carretera TF-145 que lleva a Las Carboneras y a Chinamada. Hicimos un poco de campo a través bajando una ladera, llaneando un terreno de cultivo abandonado y bajando unos pocos metros de un barranquillo hasta llegar a un camino cerca de las Casas El Río. Camino que es parte del sendero PR-TF 10 (Cruz del Carmen - Punta del Hidalgo).
En ese camino andamos un poco en dirección a las casas (dirección Cruz del Carmen) para luego girar a la derecha y empezar a bajar hacia el Barranco El Río.
Bajamos la vereda que atraviesa el barranco y, antes de llegar al fondo nos desviamos a la izquierda y subimos por un estrecho camino, muy expuesto, para visitar el Salto El Río. Mientras caminábamos por esta subida íbamos viendo abajo el cauce seco del barranco, y comprendiendo que no disfrutaríamos de la magnífica cascada que se forma en el Salto. Luego volvimos a la vereda del barranco, lo terminamos de bajar y subimos por el otro lado.
Después del barranco continuamos hasta una casa y, desde ahí, bajamos a la Pista de Los Dragos. Seguimos la pista hasta el final, donde empieza una senda que nos llevó a Los Morales.
En Los Morales lo primero que encontramos fue una casa en muy buen estado y junto a ella árboles frutales bien cuidados. Bajando un poco por un camino llegamos a un asentamiento en ruinas con casas, era, cuartos y cuevas (probablemente para animales), bancales abandonados, aljibe, escalones tallados en la roca... que nos hizo imaginar como se vivía ahí en el pasado. Volvimos hasta la primera casa, y un poco más, para continuar por la senda que nos llevó hasta allí, pero esta vez hacia el otro lado. Para subir la ladera contraria de ese pequeño valle, y que nos conectaría con el sendero PR-TF 10 de nuevo. En esta zona de Los Morales hay puertas en los caminos (se pueden abrir libremente) posiblemente para que no se metan los animales y proteger la vegetación.
Continuamos bajando por el sendero un poco en dirección a Chinamada, hasta la Casa Tamé. En la Casa dimos la vuelta y volvimos de regreso, ya por el sendero, hasta la carretera. Y por la carretera hasta el punto de inicio de la ruta.
En el tramo campo a través que hicimos al principio hay que bajar una ladera corta pero con bastante pendiente, llanear por un terreno abandonado, y salvar unos pocos metros hasta el camino por un barranquillo junto al terreno, con algunos zarzales que molestaban un poco (al menos en esta ocasión). Como alternativa se puede bajar por la carretera hasta encontrar donde se une el camino con ella.
La vereda que baja al barranco, aunque suficientemente ancha, tiene mucho desnivel que, junto a la cantidad de hojarasca en el suelo, lo hacía algo complicado. También es más larga de lo que esperábamos.
El camino que sube (y que luego hay que bajar) hasta llegar al Salto El Río es extremadamente peligroso. Es muy estrecho, inclinado y lleno de hojas secas. Pero lo que lo hace peligroso es que uno de sus lados da al fondo del barranco, ha bastantes metros de altura. Un resbalón o un tropiezo puede ser fatal. Además, antes de llegar al final hay que trepar un roca donde se han horadado algunos huecos para meter los pies. Aunque ésta está un poco más separada del borde del barranco.
Después de Los Morales hay que subir el camino en zig-zag con bastante inclinación hasta alcanzar el sendero homologado. Esto ya depende de la forma física de cada uno, pero a nosotros nos tocó un día de fuerte calor y nos costó bastante.
El último tramo de la ruta lo hicimos por carretera, donde siempre hay que tener cuidado con el tráfico.
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