Empezamos a caminar en el pueblo de Vilaflor y subimos a la zona del campo de fútbol y el área recreativa, no sin antes pasar por la ermita de San Roque.
Desde ahí seguimos subiendo por el sendero del Pino Enano. Una vez llegado a él continuamos por ese mismo camino hasta una pista aparentemente en desuso, cerca ya de la carretera TF-21.
Algo más adelante llegamos a un cruce. Un lado conecta con la carretera y el otro baja hasta una torreta de vigilancia.
Siguiendo por la pista empezamos a bajar, y seguimos bajando hasta desviarnos a la izquierda por otro camino. Por ese llegamos a la galería Cruz de La Niña y, siguiendo por él, hasta la zona que ya habíamos pasado casi al principio del Hotel Villalba y el campo de fútbol.
Para bajar al pueblo usamos otro camino distinto al del principio. Pasamos por la calle La Ladera, donde encontramos varios tajinastes en flor a los lados de la vía. Luego pasamos por el mirador de La Cruz y cruzamos el barranco por una nueva pasarela hasta el molino de agua antes de terminar nuestra ruta.
La subida del sendero del Pino Enano y su continuación hasta la pista tiene bastante desnivel. Aunque eso depende de la forma física de cada persona.
El cruce del barranco de La Magdalena, un estrecho camino que salva un corte de la pista por desprendimientos, también tiene inclinación. Por lo que hay que tener algo de cuidado al bajarlo y hacer un esfuerzo extra al subir por el otro lado.
El entorno de la galería Cruz de La Niña que se encuentra abandonada está deteriorado, por lo que hay que tener cuidado al caminar por ahí. La entrada a la mina, aunque tiene una puerta enrejada ésta está abierta, lo que siempre tiene el riesgo de que algún inconsciente se meta dentro.
A lo largo de la ruta hay tramos donde el camino es irregular, pedregoso.
